En un mundo repleto de opciones de cámaras, la Sony Alpha a7 II destaca como una cámara sin espejo de fotograma completo que reúne una impresionante variedad de funciones tanto para aficionados como para fotógrafos experimentados. Sony ha dado un salto notable en tecnología, adoptando los avances que se hacen evidentes en la estabilización de imagen basada en sensor de 5 ejes de la cámara, que no sólo estabiliza tus tomas, sino que permite el uso de objetivos de terceros y adaptados para prosperar con la estabilización de imagen (IS).

El rendimiento mejorado del AF es un paso adelante, que permite a los usuarios enfocar con mayor velocidad y precisión, haciendo que la experiencia fotográfica sea más fluida. Además, se ha alabado su diseño ergonómico, gracias a una empuñadura similar a la de una DSLR que hace que el disparo prolongado sea cómodo e intuitivo, complementado con botones y funciones personalizables que se adaptan a las necesidades del fotógrafo. Sin embargo, algunos usuarios podrían encontrar el sistema de enfoque automático deficiente en comparación con otras cámaras insignia, sobre todo en escenarios de alta velocidad, y el obturador mecánico es más ruidoso de lo que cabría esperar.

Pero la Sony a7 II no se limita a hacer fotos; también es una potente herramienta para los videógrafos. La capacidad de codificar en formato XAVC S a 50 Mbits/s, junto con un conjunto de opciones de conectividad que incluyen puertos USB y Micro HDMI, garantizan que la cámara no sea sólo una cámara de fotos, sino una completa herramienta multimedia. A pesar de estas ricas características, el diseño de la cámara -que incluye una empuñadura más profunda y un disparador bien situado-no ha olvidado la importancia del manejo y la comodidad.

Aunque el diseño y la funcionalidad son excelentes, los usuarios han señalado que la cámara no está exenta de defectos. Algunos de los inconvenientes más comunes son su mayor tamaño y un 25% más de peso en comparación con modelos anteriores de la serie a7, la ausencia de un cargador de batería adecuado, la limitada capacidad de almacenamiento, la falta de un flash integrado o de un puerto PC Sync, y una pantalla que se inclina verticalmente pero carece de mayor libertad de movimiento. Además, se ha criticado a menudo la duración de la batería, que obliga a los usuarios a llevar repuestos para las tomas prolongadas.

A pesar de que el precio se sitúa en un escalón algo superior, el consenso es que la A7 II es relativamente asequible para una cámara de sus capacidades, especialmente si se tiene en cuenta la larga duración de la batería y la robusta calidad de construcción, sinónimo de las cámaras de Sony. La calidad del diseño tampoco pasa desapercibida, asegurando a los usuarios un producto que no sólo tiene buen aspecto, sino que se siente sustancial en la mano.

En resumen, la Sony Alpha a7 II se ha consolidado como un competidor digno de mención en el mercado de las cámaras sin espejo. Sus puntos fuertes en estabilización de imagen, calidad del sensor de fotograma completo y adaptabilidad a varios objetivos la convierten en una opción convincente tanto para fotógrafos como para videógrafos. La Sony A7 II representa una inversión sólida para aquellos que pueden pasar por alto sus peculiaridades y centrarse en la miríada de funcionalidades que potencian la expresión creativa.

• 

  Mitsy Alejandra García Ramírez

• 01.15.2024
• 0